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El ministro del Petróleo de Egipto, Sherif Ismail, anunció la semana pasada (i) que, según las previsiones, el gasto en subsidios al petróleo aumentaría un 10% en el ejercicio actual, que finaliza en junio de 2014.
La noticia llega en un momento de bajo crecimiento y alto desempleo, y cuando la economía todavía sufre los efectos de los ya cuantiosos subsidios (representan el 9% del producto interno bruto [PIB]), que mantienen el déficit fiscal del país en el 13,7% del PIB, un nivel excepcionalmente elevado. Al menos siete países de la región de Oriente Medio y Norte de África -incluidos los que se encuentran en una etapa de transición luego de la Primavera Árabe, como Egipto-, están atrapados en un círculo de escaso crecimiento y políticas inadecuadas. La inestabilidad política ha impedido avanzar con las reformas económicas necesarias para impulsar el crecimiento. El escaso crecimiento y el aumento del déficit fiscal derivados de esta situación limitaron aún más el accionar de los Gobiernos e intensificaron las tensiones sociales. Las medidas de corto plazo, como el incremento de los subsidios a los combustibles o de los salarios del sector público, han exacerbado los déficits y, con ello, han debilitado aún más las inversiones y el crecimiento. El ciclo se repite de distintas formas en Egipto, Túnez, Jordania, Libia, Líbano, Yemen e Irán. En la edición más reciente del Quarterly Economic Brief (i) (Informe económico trimestral), elaborado por la Oficina del Economista en Jefe de la región de Oriente Medio y Norte de África, se sostiene que estos países deben aprovechar la oportunidad que les ofrece la Primavera Árabe e impulsar las reformas estructurales necesarias para romper este círculo vicioso de crecimiento escaso e inestabilidad política, y allanar el camino para la creación de empleo y el crecimiento inclusivo.